Un nuevo capítulo en Courrèges
Una observación intrigante de Vogue destaca que Nicolas Di Felice fue nombrado para Courrèges el mismo año en que Jean-Paul Gaultier se retiró de su marca homónima, pasando la antorcha a talentos más jóvenes. En particular, Di Felice, relativamente nuevo en el cargo, sigue los pasos de diseñadores consagrados como Simon Rocha, Chitose Abe, Haider Ackermann y Olivier Rousteing, quienes han aportado cada uno de ellos sus interpretaciones únicas al legado de Gaultier. Di Felice, un diseñador belga de 40 años con experiencia en Balenciaga y Louis Vuitton, aporta una nueva perspectiva. Recuerda haberse inspirado en el icónico sujetador cónico de Gaultier para Madonna durante su juventud, un símbolo de las posibilidades ilimitadas de París para quienes se sentían diferentes.
La magia parisina
En el show de anoche, varios puntos clave fueron evidentes. En primer lugar, Courrèges ha hecho una elección acertada, ya que Di Felice ha revitalizado realmente la marca. En segundo lugar, París sigue siendo una ciudad donde lo aparentemente imposible se convierte en realidad, ejemplificado por la sinergia entre el estilo minimalista y “frío” de Di Felice y los archivos rebeldes de Gaultier.
Un enfoque único de la alta costura
Di Felice abordó la colección eligiendo una referencia única para cada uno de los 33 looks, con un ganchillo como elemento unificador. Al descubrir una muestra de tela bordada en los archivos, utilizó el ganchillo para crear siluetas drapeadas y ajustadas en gabardina de soa, gazar y tafetán. Este esfuerzo creativo mostró la naturaleza transformadora y adaptativa de la alta costura, una característica que Di Felice claramente disfrutó explorando.
Diseños innovadores en la pasarela
En la pasarela, fuimos testigos de una variedad de diseños innovadores: gabardinas y chaquetas con cuellos elevados que parecían niqabs; vestidos de chaqueta estrecha con espalda abierta y escote adornados con tejidos traslúcidos; y mezclilla combinada con cuero y prendas de punto. Un mono acolchado fue adornado con seda, mientras que el corsé característico de Gaultier fue reinventado como parte de una falda con bolsillos adicionales, un detalle que Di Felice también presentó en el desfile otoño-invierno de Courrèges.
Una obra maestra en cota de malla
El penúltimo look fue un impresionante vestido de cota de malla compuesto por 40.000 ganchos y bucles interconectados, lo que demuestra la dedicación de Di Felice a la artesanía y la innovación.
Nicolas Di Felice ha demostrado que puede dar nueva vida a Courrèges honrando al mismo tiempo el espíritu rebelde de Jean-Paul Gaultier. Su colección de alta costura otoño-invierno 2024 es un testimonio del poder transformador de la moda y las infinitas posibilidades de expresión creativa en el corazón de París.
